Después del sillón, el mobiliario, los Rayos X y la preparación de las paredes quedan algunos detalles que voy a recopilar hoy de forma global.
Bien, voy a ello. Nos faltan algunas paredes en la caja: el techo y la mampara que separa la recepción del gabinete. Necesitamos un juego de luces
navideñas (como ya estamos fuera de temporada, las compré en ebay) y
unos remaches de mercería del tamaño adecuado.
Se plantea el lugar donde
los queremos, taladramos, pegamos los remaches e incorporamos las
luces. Y ya tenemos el techo, pintado de blanco y con los "halógenos" empotrados.
Bien, queda la pared. Esta me planteó numerosas dudas, no sabía muy bien cómo hacerla. Con la ayuda de las compañeras de los foros de miniaturas en los que participo, opté por la opción de utilizar el mismo material que se utiliza en el tamaño real: el papel electrostático.
Encargamos el cristal en la cristalería, puesto que el ángulo es muy difícil de realizar de forma casera.
Unos listones de madera a los que mi marido les hizo una ranura para encastrar el cristal pintados con plata liquida, son el soporte de aluminio de la mampara.
Recorté el papel para realizar el dibujo deseado y lo coloqué sobre el cristal. De la misma manera que se coloca en el tamaño 1:1, no os olvidéis de humedecerlo con agua jabonosa o quedarán burbujas.
Bien, la mampara ya está en su lugar (aunque nos falta la puerta) y ya tenemos la iluminación general. Si recodáis, falta terminar la pared lateral de la recepción. En la clínica original hay una puerta; vamos a ello entonces.
Esta es la clínica real.
La puerta 1:12 está realizada con cartón pluma; lo difícil fueron los pomos. No había forma de encontrarlos modernos y rectos (ya sabéis, a veces el estilo victoriano hace estragos) así que hubo que usar, una vez más, la imaginación. Unas alcallatas de ferretería de toda la vida cortadas casi al ras, una taladradora de las que nuestros hijos usan para hacer los agujeros para las hojas de las carpetas, cartón y un poco de pintura... ¡ya está!: pomos modernos.
Bien, una vez en su lugar, sólo quedan los detalles para que la clínica cobre vida.
El dispensador de papel en el lavabo.
La jabonera. Uno de los viales médicos que me trae siempre una paciente y el remate plástico que sujeta las etiquetas de la ropa.
El depósito para esterilizar el instrumental antes de pasarlo al autoclave. Está relleno de esmalte de uñas. Más tarde le colocaré el instrumental, hecho por mi marido con barritas de alpaca, un alicate y un martillo.
Los botes de la silicona, con imprimibles y los vaporizadores de los perfumes. La caja de guantes, escaneada de una real y con guantes de verdad. El depósito de material punzante creo que es el terminal de un producto eléctrico, no estoy segura... es una de esas "cosas" que guardamos "por si acaso".
En la sala de espera, los folletos para un correcto cuidado de nuestra higiene oral, un florero hecho con un vial, una rosa de papel, un abalorio para las servilletas, las cubetas de impresión modeladas en estaño, las toallitas desinfectantes colocadas en un tapón de dentífrico y servilletas reales recortadas.
El reloj de la sala de espera: un botón, pintura y un charm.
Hay también en la recepción un paragüero hecho con la caja de los implantes (que siempre parecen
tener el color adecuado para mí, je, je). Los paraguas, los realizados en el
taller del Loco mundo de las Minis, ¿os acordáis?.
Ya queda solo montar la caja exterior. Después de mucho deliberar y consultar con todo aquel que se me ponía por delante, decidí usar un tono neutro y me decidí por el esmalte satinado "amarillo trigo". Una vez colocado todo, se monta con cuidado, sin olvidar dejar una puerta para poder cambiar las pilas con comodidad sin tener que desmontar todo el conjunto y una abertura para poder encender la escena sin dificultad.
Bien, ya está todo terminado. No os puedo enseñar el resultado final, aún no está entregada y no quiero desvelarlo del todo... mañana, os lo prometo. Gracias por vuestra paciencia.
¡Un saludo para tod@s! ¡Hasta mañana!